El creciente consumo a nivel mundial de fitoterapia y suplementos nutricionales, así como la cada vez mayor evidencia del beneficio de su utilización, justifican una urgente regulación.
The Trust Transparency Center afirma que el consumo de suplementos alimenticios y fitoterapéuticos sigue creciendo y llegando a públicos cada vez más diversos.
Council for Responsible Nutrition (Asociación norteamericana de la industria de los complementos alimenticios) confirma lo que otros estudios han ido repitiendo: el uso de suplementos alimenticios y fitoterapéuticos parece haber alcanzado un máximo histórico, un 77% de los estadounidenses consume complementos alimenticios y fitoterapéuticos. Los datos podrían extrapolarse a Europa donde diferentes estudios también confirman su elevado y frecuente uso.
Aunque no existen datos precisos para evaluar la extensión del uso global de la fitoterapia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que más del 80% de la población mundial utiliza, rutinariamente, la medicina tradicional para satisfacer sus necesidades de atención primaria de salud y que gran parte de los tratamientos tradicionales implica la fitoterapia.
La fitoterapia y los complementos alimenticios se usa en Naturopatía, en Medicina Integrativa, en Psiconeuroinmunología, además la fitoterapia forma parte de en las Medicinas Tradicionales y de los Medicamentos a base plantas. Por tanto, deberían existir leyes que regulen su fabricación, conservación, envases, calidad, seguridad, distribución, dispensación, prescripción…
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